7 de agosto

Al salir del hotel en Kioto y con ganas de descubrir su lado más tradicional, es una experiencia que promete encanto en cada paso. En esta ruta a pie por el Este de la ciudad, recorrerás templos antiguos, calles empedradas llenas de historia y el famoso barrio de las geishas. Un día que se siente como viajar en el tiempo.

Primera parada: Templo Kiyomizu-dera (清水寺)

La caminata comienza con una subida hacia el Kiyomizu-dera, uno de los templos más emblemáticos de Japón. Su terraza de madera, construida sin un solo clavo, se extiende sobre una colina boscosa y ofrece una vista panorámica de la ciudad. Entre aromas de incienso y sonidos de campanas, es un lugar ideal para comenzar el día con calma.

Paseo por Ninenzaka y Sannenzaka

Al salir del templo, desciendes por las pintorescas calles de Sannenzaka y Ninenzaka. Estas cuestas empedradas están llenas de tiendas tradicionales, casas de té y fachadas de madera bien conservadas.

Aquí el tiempo parece detenido. Es el momento perfecto para parar en una tienda de dulces japoneses, probar un helado de matcha o comprar un recuerdo hecho a mano. Si quieres tomarte un descanso, una pequeña casa de té con vistas al camino puede ser el lugar perfecto para sentarse un rato.

Almuerzo en el entorno del parque Maruyama

Siguiendo el camino, llegas al tranquilo Parque Maruyama, donde se puede hacer una pausa para el almuerzo. Ya sea un plato caliente de soba, un curry japonés casero o un sencillo obento bajo la sombra de los árboles, este es un buen momento para relajarse y reponer energías.

Santuario Yasaka (八坂神社)

Desde el parque, una de las entradas conduce directamente al Santuario Yasaka, un vibrante santuario sintoísta con puertas torii, pabellones rojos y cientos de linternas colgantes. Es un lugar lleno de energía y tradición, y sirve de puente espiritual hacia el siguiente destino del día: el barrio de Gion.

 Tarde en Gion, el alma del Kioto clásico

A pocos pasos se encuentra Gion, el barrio que conserva como ningún otro la esencia del Kioto antiguo. Calles como Hanamikoji-dori o la ribera de Shirakawa te sumergen en un ambiente de casas de té, faroles encendidos y misterio. Si tienes suerte, podrías ver pasar una maiko (aprendiz de geisha) rumbo a una cita.

Puedes tomarte algo en una cafetería tradicional o simplemente pasear mientras cae la tarde. La luz del atardecer hace que las calles empedradas y las fachadas de madera cobren una belleza especial.

Regreso al hotel

Con el corazón lleno de historia, sabores y paisajes, toca regresar al hotel. La caminata de vuelta —o un corto trayecto en transporte público— cierra un día donde la tradición de Kioto se ha vivido con cada paso.